Concierto James Hunter y the Limboos
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De Madrid al cielo:
Madrid recibe a los conductores que acceden a la ciudad por la M-30 con uno de sus dichos más populares. Quienes pasan por debajo del puente peatonal que une el Parque de Roma con Moratalaz pueden leer que se dirigen «De Madrid al cielo». Es decir, que como en la capital no se está en ningún sitio.
El origen de esta repetidísima frase está algo difuso. Al parecer, pudo hacerse famosa a finales del siglo XVIII a raíz de las reformas que Carlos III realizó en la ciudad para embellecerla. Gracias a ellas Madrid dejó de ser la anticuada villa castellana y pasó a convertirse en la regia capital de un vasto imperio.
Existe otra teoría que afirma que en el Cerro Garabitas, en la Casa de Campo, se reunen todas las noches las almas de los difuntos madrileños y desde allí ascienden al cielo. Esta creencia la alimentan los vecinos del parque que aseguran que ven luces que ascienden por las copas de los árboles. Es probable que sean luciérnagas o fuego de San Telmo.
No obstante, la tesis más fiable relaciona el refrán con la obra del dramaturgo del Siglo de Oro, Luis Quiñones de Benavente, titulada «Baile del invierno y del verano». En ella hay unos versos que dicen:
«Pues el invierno y el verano,
en Madrid solo son buenos,
desde la cuna a Madrid,
y desde Madrid al Cielo».
Texto de Marta R. Domingo para ABC_MADRID / MADRID Día 04/10/2014 – 02.07h
«En fin, podría decirse que lo que está a punto de hacer no es algo normal. ¿No es así? La gente normal no desciende por unas escaleras de emergencia en la autopista metropolitana en pleno día. Sobre todo una mujer.
-Si, es verdad -dijo Aomame
-Y cuando se hace algo así, el paisaje cotidiano…, ¿cómo se lo podría decir?… Tal vez parezca un poco diferente al de siempre. A mí me ha pasado. Pero no se deje engañar por las apariencias. Realidad no hay mas que una.» 1Q84, Murakami